Trump busca ampliar veto migratorio: Noem propone prohibir viajes desde más de 30 países
La secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, adelantó que la Casa Blanca perfila una “prohibición total de viaje” para ciudadanos de más de 30 naciones que, según el gobierno de Donald Trump, no garantizan controles mínimos sobre sus habitantes.

5 de diciembre de 2025
Estados Unidos
Redacción
El gobierno del presidente Donald Trump prepara una nueva fase de su política de veto migratorio, ahora con el objetivo de impedir la entrada a Estados Unidos de ciudadanos originarios de “más de 30” países, según confirmó la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem.
En una entrevista televisiva, Noem explicó que la administración trabaja en una lista ampliada de naciones sujetas a una “prohibición total de viaje”, bajo el argumento de que sus gobiernos no ofrecen garantías suficientes sobre la identidad y antecedentes de las personas que pretenden viajar al territorio estadounidense.
“Más de 30 países” bajo la mira
Sin revelar nombres concretos, Noem señaló que la Casa Blanca “sigue evaluando” qué países podrían quedar sujetos a este veto de entrada:
Si no tienen un gobierno estable, si no tienen un país que pueda sostenerse por sí mismo y decirnos quiénes son esas personas y ayudarnos a investigarlas, ¿por qué deberíamos permitir que personas de ese país vengan aquí, a Estados Unidos?
Cuestionada sobre si la cifra alcanzaría los 32 países, la funcionaria se limitó a responder que se trata de “más de 30”, sin ofrecer mayores detalles sobre los criterios específicos ni el calendario para anunciar la medida.
Discurso duro: “asesinos, sanguijuelas y adictos a los subsidios”
Las declaraciones de Noem se dan después de que la propia secretaria recomendara públicamente una “prohibición total de viaje” desde territorios que, según su narrativa, “inundan el país de asesinos, sanguijuelas y adictos a los subsidios”.
Este lenguaje, fuertemente criticado por organizaciones de derechos humanos y defensores de migrantes, refuerza el tono de criminalización y estigmatización hacia personas procedentes de países vulnerables, muchos de ellos con crisis políticas, económicas o humanitarias.
Antecedentes: un veto que ya alcanza casi 20 países
La nueva propuesta se suma a la proclamación firmada por Trump en junio, con la que se vetó la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de una docena de países, entre ellos:
Afganistán
Birmania (Myanmar)
Guinea Ecuatorial
Haití
Irán
Además, la Casa Blanca impuso restricciones de viaje a personas originarias de otros siete países, incluyendo:
Burundi
Cuba
Laos
Sierra Leona
Togo
Turkmenistán
Venezuela
Con la ampliación ahora en estudio, el número de países afectados podría duplicarse o incluso superarse, afectando a millones de personas que buscan viajar por motivos familiares, turísticos, académicos, laborales o humanitarios.
Seguridad vs. derechos: un debate abierto
La administración Trump argumenta que estas restricciones son necesarias para proteger la seguridad nacional y evitar que “actores peligrosos” entren al país desde estados que considera inestables o con instituciones débiles.
Sin embargo, organizaciones civiles y expertos han advertido que:
Las medidas pueden constituir una forma de discriminación colectiva basada en nacionalidad.
Afectan desproporcionadamente a refugiados, estudiantes, trabajadores calificados y familias ya establecidasen Estados Unidos.
Podrían tensar las relaciones diplomáticas con los países señalados y generar respuestas recíprocas.
El endurecimiento del veto migratorio se interpreta también en clave política interna, como un mensaje hacia sectores del electorado que respaldan la línea más dura en migración y seguridad fronteriza.
Mientras la Casa Blanca perfila la lista definitiva de países que enfrentarán la prohibición total de viaje, el debate vuelve a situarse en el punto de siempre: ¿hasta dónde puede llegar la seguridad sin vulnerar derechos fundamentales y principios básicos de no discriminación?

