En una rueda de prensa este lunes 7 de julio de 2025, el ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, reveló que ha ordenado al Ejército diseñar un plan para crear una “ciudad humanitaria” en las ruinas de Rafah, al sur de la Franja de Gaza. La propuesta busca reubicar a unos 600,000 palestinos que actualmente sobreviven en la zona costera de Mawasi, tras haber sido desplazados por operaciones militares en otros sectores del enclave.

Según Katz, esta instalación se levantaría durante el alto al fuego potencial que negocian en paralelo el primer ministro Benjamin Netanyahu y el presidente Donald Trump en la Casa Blanca, además de las conversaciones que se desarrollan en Doha, Qatar. El campamento funcionaría como único punto de concentración, garantizando —en teoría— condiciones de asistencia concentrada para la población desplazada.

Sin embargo, organizaciones internacionales y fuentes palestinas citadas por Reuters señalan que la negativa de Israel a permitir un acceso humanitario libre y seguro a Gaza sigue siendo el principal problema en las negociaciones de tregua. La limitación en la entrada de suministros básicos podría convertir la “ciudad humanitaria” en un enclave aislado, lejos de una verdadera respuesta a la crisis de derechos humanos y asistencia urgente.

La iniciativa de Katz ha sido recibida con escepticismo. Críticos advierten que concentrar a cientos de miles de personas en un único lugar, construido sobre escombros y con infraestructuras por establecer, podría agravar la ya precaria situación médica, alimentaria y de agua potable. Mientras tanto, la reanudación de las conversaciones esta misma noche en Doha será clave para determinar si el plan de Rafah se integra en un alto al fuego real o si permanece en el terreno de los proyectos sin aplicación efectiva.