El pedido de indulto de Netanyahu pone a prueba la política y el Estado de derecho en Israel
La solicitud preventiva al presidente Isaac Herzog para frenar su juicio por corrupción divide a la clase política, enciende el debate jurídico y abre una disputa sobre igualdad ante la ley, reconciliación nacional y futuro político del primer ministro.

2 de diciembre de 2025
Israel
Redacción
La sorpresiva petición de indulto preventivo presentada por el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu al presidente Isaac Herzog desató una tormenta política y jurídica en Israel. El líder del gobierno pide que se ponga fin a su largo juicio por corrupción, argumentando que la causa “desgarra” a la sociedad y que un cierre anticipado ayudaría a promover la reconciliación nacional.
La solicitud es considerada extraordinaria: los indultos presidenciales en Israel se conceden, casi siempre, después de una condena, no en medio de un proceso judicial abierto. De ahí que medios y analistas hablen de un movimiento sin precedentes, cargado de implicaciones políticas e institucionales.
“El juicio nos está destrozando”: el argumento de Netanyahu
En un mensaje televisado, Netanyahu sostuvo que, en términos personales, le gustaría demostrar su inocencia en los tribunales, pero que la realidad política y de seguridad del país exige lo contrario.
Según el primer ministro, el proceso –que ya supera los cinco años– profundiza las divisiones internas, alimenta la polarización y debilita la cohesión social. Poner fin al juicio, insistió, sería una forma de reducir tensiones y avanzar hacia la reconciliación que, asegura, Israel necesita con urgencia.
Netanyahu enfrenta cargos por soborno, fraude y abuso de confianza en tres causas distintas, que incluyen acusaciones de recibir regalos de lujo a cambio de favores políticos y de buscar cobertura mediática favorable de grandes medios, empresas de telecomunicaciones y grupos editoriales. Él ha negado de forma reiterada todas las imputaciones, calificando el caso como una “caza de brujas” articulada por prensa, policía y sistema judicial.
El respaldo de Trump y la lectura política del indulto
El movimiento de Netanyahu llega poco después de que el presidente estadounidense Donald Trump enviara una carta a Herzog pidiendo también un indulto total para el primer ministro israelí, además de haberlo planteado públicamente durante un discurso en la Knéset.
Para analistas y comentaristas locales, la solicitud de Netanyahu no es solo un gesto jurídico, sino una jugada política calculada. Algunos señalan que el indulto, de concederse, le permitiría presentarse como victimizado y finalmente reivindicado, mientras que un rechazo podría alimentar un relato de persecución rumbo a las próximas elecciones, previstas para otoño de 2026, pero que podrían adelantarse según la evolución del escenario político.
El columnista Ben Caspit, del diario Maariv, interpreta la maniobra como un intento de obtener una “vía de circunvalación” respecto a la igualdad ante la ley: no un indulto en los términos tradicionales, sino una excepción hecha a la medida del primer ministro.
En Yedioth Ahronoth, el analista Nadav Eyal sostiene que Netanyahu sale ganando casi en cualquier escenario:
Si Herzog rechaza la petición, el primer ministro podría explotar el discurso de víctima hasta la próxima elección.
Si el presidente concede el indulto sin exigir su retiro de la política, Netanyahu podría usarlo como prueba de que fue perseguido injustamente, incluso reconocido así por un exlíder laborista.
Riesgos constitucionales y la voz de los expertos legales
La facultad de indultar recae en el presidente de Israel, pero otorgar un indulto a mitad de un proceso y sin condena previa es algo casi inédito y, según juristas, podría desatar una crisis institucional.
En un análisis publicado antes de la solicitud formal, la investigadora Dana Blander, del Israel Democracy Institute, advirtió que un indulto en estas condiciones corre el riesgo de situar al presidente por encima del sistema judicial, erosionando el principio de igualdad ante la ley y la confianza en las instituciones.
Según Blander, una intervención presidencial mientras los procedimientos legales siguen su curso puede socavar el Estado de derecho, debilitar las atribuciones de la policía y enviar el mensaje de que las figuras políticas de alto rango pueden escapar del escrutinio judicial.
Uno de los escasos antecedentes es el caso de altos funcionarios del Shin Bet hace cuatro décadas, cuando el entonces presidente Chaim Herzog, padre del actual mandatario, otorgó indultos previos al juicio por el encubrimiento de la ejecución de dos militantes palestinos. Sin embargo, aquel episodio terminó en revisión por el Tribunal Supremo, y no existe un caso comparable que involucre a un primer ministro en funciones y sin renuncia de por medio.
Oposición: indulto solo a cambio de salida de la política
Mientras los socios de coalición de Netanyahu respaldan el pedido, la oposición sostiene que un indulto, tal como fue planteado, no uniría al país, sino que profundizaría la sensación de privilegio e impunidad.
El líder opositor Yair Lapid llamó al presidente Herzog a rechazar cualquier indulto que no esté condicionado a una admisión de culpa, arrepentimiento y retiro inmediato de la vida política por parte de Netanyahu.
El ex primer ministro Naftali Bennett se expresó en la misma línea, afirmando que solo apoyaría un perdón si este incluye una “salida digna” de la escena política acompañada del final del juicio.
Las dudas se potencian por el historial reciente: poco después de regresar al poder en 2022, Netanyahu impulsó una polémica reforma judicial que limitaba las facultades del Tribunal Supremo, incluida la posibilidad de revocar decisiones gubernamentales calificadas como “extremadamente irrazonables”. La iniciativa desató protestas masivas y fue vista por críticos como un intento de debilitar al poder judicial mientras el propio primer ministro era juzgado.
Un proceso largo, una decisión lenta
La solicitud de indulto deberá seguir un proceso formal: primero pasará por el Ministerio de Justicia y luego por el asesor legal de la Oficina del Presidente, que emitirán opiniones antes de que Herzog tome una decisión definitiva. Nadie espera una resolución inmediata.
En un comunicado reciente, el presidente Herzog reconoció que la petición de Netanyahu está generando un debate intenso y profundamente inquietante en amplios sectores de la sociedad israelí. Al mismo tiempo, subrayó que valorará la solicitud únicamente a la luz de lo que considere mejor para el Estado de Israel y su población.
Mientras tanto, el caso del primer ministro sigue avanzando en los tribunales y su futuro político permanece en suspenso, atrapado entre la búsqueda de reconciliación que él mismo invoca, las exigencias de igualdad ante la ley y la disputa por el rumbo institucional de Israel.

