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El peor incendio en Hong Kong en 70 años detona una sacudida a la seguridad en sus rascacielos

Al menos 75 personas murieron y decenas siguen desaparecidas tras el fuego que arrasó el complejo Wang Fuk Court en Tai Po; materiales inflamables, andamios de bambú y fallas en la supervisión están bajo la lupa del gobierno de Hong Kong.

28 de noviembre de 2025

Hong Kong

Redacción

En Hong Kong, una ciudad construida hacia arriba, donde millones de personas viven apiladas en torres de más de 30 pisos, el miedo a un incendio masivo siempre ha estado presente. Esta semana ese temor se volvió realidad: un fuego iniciado en un edificio de 32 plantas se propagó rápidamente a otras seis torres del complejo residencial Wang Fuk Court, en el distrito de Tai Po, dejando al menos 75 muertos y decenas de personas sin localizar.


Se trata del incendio más mortífero registrado en la ciudad en casi siete décadas, comparable solo con la tragedia de 1957, cuando un fuego en un inmueble de viviendas cobró la vida de 59 personas.


Un complejo en llamas y una ciudad en shock

Más de 24 horas después del primer reporte de emergencia, tres edificios del complejo seguían ardiendo, mientras cientos de bomberos luchaban por sofocar las llamas y abrirse paso entre los pisos ennegrecidos para rescatar sobrevivientes y recuperar cuerpos.


Más de 70 personas fueron trasladadas a hospitales, varias en estado crítico. En el exterior de un centro comunitario cercano, familiares formaban largas filas para revisar fotografías de las víctimas y tratar de identificar a sus seres queridos. Para muchos, era el único hilo de información en medio del caos.


El incendio en Wang Fuk Court, un conjunto de alrededor de 2,000 departamentos donde viven principalmente adultos mayores y jubilados, impactó especialmente a personas que llevaban décadas habitando el lugar, muchas de ellas beneficiarias de antiguos programas de vivienda subsidiada.


Malla verde, espuma inflamable y andamios de bambú, en el centro de la investigación

Las autoridades de Hong Kong abrieron una investigación para determinar cómo un incendio iniciado en un punto del complejo pudo envolver siete torres en tan poco tiempo. La atención se centra en tres elementos clave:

  • La malla verde de protección que recubría los edificios en remodelación.

  • Las placas de espuma de poliestireno instaladas en las ventanas.

  • Los tradicionales andamios de bambú utilizados durante las obras.


Expertos señalan que la malla, fabricada usualmente con fibras sintéticas y plástico, pudo haber actuado como un combustible que facilitó la propagación del fuego a lo largo de las fachadas, mientras que la espuma que cubría las ventanas habría favorecido el avance de las llamas hacia el interior de los departamentos y bloqueado la visibilidad de los residentes.


El gobierno confirmó que la empresa contratista Prestige Construction and Engineering Company es la responsable de los trabajos de renovación. La policía arrestó a dos directores y a un consultor vinculados con la firma, acusados de homicidio involuntario y negligencia grave, por el uso de materiales que aparentemente no cumplían con las normas de seguridad contra incendios.


Residentes sin alerta y una población envejecida en riesgo

Muchos residentes —entre ellos numerosas personas mayores— relataron que no escucharon ninguna alarma de incendios y que se enteraron del siniestro por mensajes en sus teléfonos o porque vecinos tocaron a su puerta. Varios denunciaron la falta de avisos oportunos y cuestionaron si el sistema de seguridad del edificio estaba en condiciones de funcionar.


Uno de ellos, un hombre de 78 años, narró que solo pudo darse cuenta de que un edificio cercano estaba ardiendo gracias a un pequeño hueco en la espuma que cubría la ventana de su baño. Ese mínimo espacio le permitió ver el resplandor del fuego y escapar a tiempo.


El caso ha encendido un debate sobre si el modelo de seguridad en edificios de Hong Kong se ha quedado atrás frente a las vulnerabilidades de una población que envejece rápidamente y que, en muchos casos, tiene movilidad limitada o requiere más tiempo para evacuar.


Corrupción, supervisión fallida y una “caja de Pandora”

Tras la tragedia, políticos locales, activistas y especialistas comenzaron a cuestionar la supervisión gubernamental sobre las renovaciones de vivienda pública y a denunciar posibles vínculos poco transparentes entre contratistas y comités de vivienda encargados del mantenimiento de estas urbanizaciones.


La veterana figura prodemocracia Emily Lau calificó la situación de “escandalosa” y advirtió que el incendio ha abierto una “caja de Pandora” sobre mala administración, falta de rendición de cuentas y corrupción en el sector de la construcción y mantenimiento de viviendas.


En paralelo, la oficina anticorrupción de Hong Kong (ICAC) anunció la creación de un grupo especial para investigar presuntos actos de corrupción relacionados con las obras en Wang Fuk Court, sumándose a las pesquisas penales por homicidio involuntario.


Respuesta del gobierno: fondo de apoyo e inspecciones a gran escala

Presionado por la magnitud de la tragedia y por el propio presidente chino, Xi Jinping, quien pidió “hacer todos los esfuerzos posibles” para atender la catástrofe, el gobierno de Hong Kong se vio obligado a reaccionar con rapidez.


El jefe ejecutivo, John Lee, respaldado por Pekín, visitó la zona del siniestro y anunció:

  • La creación de un fondo de 300 millones de dólares hongkoneses (unos 38 millones de dólares estadounidenses) para apoyar a las víctimas y sus familias.

  • Una inspección a nivel ciudad de los edificios de vivienda que actualmente están en proceso de renovación, para revisar materiales, andamios, mallas de protección y sistemas de alarma.

  • La participación activa de la oficina anticorrupción en la investigación sobre las obras y los contratos relacionados con Wang Fuk Court.


En un contexto en el que Hong Kong ya enfrentaba presiones por su crisis de vivienda y altos costos inmobiliarios, esta tragedia supone un nuevo golpe a la credibilidad del gobierno de Lee, que ahora deberá demostrar que puede garantizar tanto techo como seguridad a sus residentes.


¿El fin de los andamios de bambú?

El fuego también ha reavivado el debate sobre el uso de andamios de bambú, una práctica tradicional en Hong Kong que, combinada con mallas y lonas inflamables, puede convertirse en un riesgo adicional.


Expertos señalan que este incendio, sumado a otros incidentes recientes, podría acelerar la transición hacia andamios metálicos, menos vulnerables al fuego, y obligar a una revisión profunda de los materiales permitidos en trabajos de fachada y renovación de viviendas.


Mientras tanto, cientos de personas desplazadas por el incendio duermen en refugios temporales, centros comunitarios o incluso en el suelo de centros comerciales cercanos, tratando de recomponer su vida tras la peor tragedia de Hong Kong en generaciones.

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