Durante la primera quincena de agosto, personal de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), en conjunto con autoridades locales, organizaciones civiles y actores empresariales, recolectó aproximadamente 300 toneladas de sargazoen las playas de Mahahual y Xcalak como parte de la Estrategia de Atención al Sargazo 2025 en Quintana Roo.

El operativo movilizó a 71 elementos de la Armada y a 80 civiles vinculados al Puerto de Mahahual, y empleó maquinaria especializada para la recolección. Para prevenir el recale hacia la costa se mantienen instalados 2,265 metros de barreras de contención en Mahahual, dentro de un sistema regional que suma 7,545 metros de barrerasdistribuidos estratégicamente: 2,310 metros en Puerto Morelos, 2,580 metros en Playa del Carmen, 390 metros en Tulum y 2,265 metros en Mahahual.

La estrategia operativa incluye la utilización de 13 unidades marítimas —entre buques sargaceros, embarcaciones menores y barreras— para interceptar la macroalga tanto en mar abierto como en aguas someras, lo que ha contribuido a reducir el impacto en zonas turísticas y costeras clave del estado, como Isla Mujeres, Benito Juárez, Puerto Morelos, Solidaridad, Cozumel, Tulum y Mahahual.

Además de las labores de limpieza y contención, las autoridades estatales han impulsado líneas de investigación para darle un aprovechamiento energético al sargazo. El secretario de Ecología y Medio Ambiente, Óscar Rébora, explicó que, mientras más fresco y menos degradado esté el sargazo, mayor es su potencial calorífico, por lo que puede emplearse en la generación de biogás y otros biocombustibles.

Rébora señaló que ya existen estudios de más de un año que demuestran la viabilidad de integrar la macroalga en biodigestores y gasificadores, y que se trabaja de la mano con la ciencia para traducir esos resultados en proyectos productivos y energéticos, con seguimiento cercano por parte del gobierno estatal.

Las acciones combinadas de recolección, instalación de barreras y la investigación para usos energéticos buscan mitigar los efectos ambientales y económicos del problema, al tiempo que exploran alternativas para convertir el sargazo en un recurso aprovechable.