El Gobierno del Estado de México, encabezado por la gobernadora Delfina Gómez Álvarez, avanza en su estrategia de movilidad sustentable con la incorporación de 20 unidades articuladas totalmente eléctricas en el Valle de México. La directora general del Sistema de Transporte Masivo y Teleférico (SITRAMyTEM), Rosa María Zúñiga Canales, detalló que a principios de agosto entraron en operación 10 de estos autobuses, y que las 20 unidades reforzarán corredores clave del servicio público.

Las nuevas unidades articuladas miden 18 metros de longitud y ofrecen capacidad para 38 pasajeros sentados y hasta 160 personas en total. Según la información oficial, la flota del servicio que opera en la zona ya suma 74 autobuses que cubren 33.6 kilómetros del corredor, en el que se integran las rutas Indios Verdes–Tlalnepantla–Ecatepec–Tecámac de la Línea IV del Mexibús.

Entre las ventajas técnicas resaltadas están la cero emisión de contaminantes y un funcionamiento silencioso que contribuye a reducir la contaminación acústica urbana. Cada unidad cuenta con una autonomía de hasta 350 kilómetros por carga, característica que, de mantenerse en operación real, permitiría ofrecer un servicio continuo y eficiente a lo largo del día.

La renovación de la flota implicó una inversión de 180 millones de pesos por parte de las empresas transportistas, monto que incluye tanto las unidades como los sistemas de recarga eléctrica necesarios para su operación. Ese desembolso forma parte de los esfuerzos por transitar hacia un esquema de transporte público más sustentable y con menor impacto ambiental.

Zúñiga Canales también recordó que, desde el inicio de la administración, se puso en marcha el primer corredor eléctrico de servicio exprés: 10 autobuses de 15 metros que operan en la Línea II del Mexibús, entre Las Américas en Ecatepec y Río de los Remedios en la alcaldía Gustavo A. Madero de la Ciudad de México. Esa experiencia se presenta como antecedente para ampliar la electromovilidad en la región.

La entrada en funcionamiento de estas unidades representa un paso en la consolidación de la movilidad eléctrica en el Estado de México, con beneficios esperados en la reducción de emisiones, la mejora de la calidad del aire y la modernización del servicio de transporte masivo. Para los usuarios, la promesa es un servicio más seguro, silencioso y con autonomía suficiente para atender las rutas de alto flujo en el Valle de México.

Queda por observar el desempeño a mediano plazo —incluido el mantenimiento de las baterías, la disponibilidad de puntos de recarga y la eficiencia operativa real— factores que definirán el éxito de esta transición hacia flotas eléctricas en el transporte público metropolitano.